Querido cuerpo,

Me siento a escribirte esta carta después de tantos años sin tratarte bien. No te niego que no sé muy bien por dónde empezar. ¿Me escucharás? Si lo haces, después de mi descuido y mi mal trato, realmente debes quererme mucho.

 

La razón de estas letras tiene su origen en una frase que leí el otro día: “Sólo cuando me acepto a mí mismo, sólo entonces puedo cambiar”. Creo que es de un tal Carl Rogers, aunque quién sea el autor me da igual. Sólo sé que leer algo así me supuso tal alivio y esperanza, que me quedé pensando en esta idea todo el día. ¿Qué? ¿Cómo? ¿Justo al revés de lo que siempre he pensado? ¿Aceptarme para cambiar? A mí me enseñaron lo contrario, que la letra con sangre entra, que la autocomplacencia es lo peor que puede haber, que cuanto más duramente te juzgues, más motivado estarás para cambiar aquello que no te gusta…

Así es como he vivido mi vida.

diet-695723_1920

 

A lo largo de los años me he aplicado a fondo en esta materia. Te he dicho de todo querido cuerpo, te he llamado gordo, asqueroso, he hecho todo lo posible por no mirarte, por no verte, por taparte con ropas oscuras y por pretender que no existes. No te he aceptado, ¿cómo hacerlo? Si no te pareces en nada a lo que yo desearía…Pensaba que así, por fin, me dedicaría a cambiarte. Este “látigo mental” me daría la motivación suficiente para cuidar mi alimentación, hacer ejercicio, arreglarme. Sin embargo, ocurría todo lo contrario, atracones, dietas espartanas, falta de autocuidado, falta de movimiento, pastillas…

Cada vez la sensación de rechazo era mayor y lo peor es que no terminaba por cambiar nada mi conducta.

Por eso cuando leí que aceptarme era compatible con cambiar, decidí dedicarle una reflexión, porque a pesar de todo, mi deseo de ser feliz está por encima de cualquier cosa. Esta carta es un primer paso. He decidido que a pesar de que no me gusta mi sobrepeso y me siento cansado, torpe, atrapado en un cuerpo que no es el mío…voy a empezar a hablarte con cariño, necesito que nos reconciliemos. Debemos recorrer juntos un camino y nos conviene llevarnos bien. Hay cosas de ti que no me gustan, que quiero mejorar. Pero comienzo este camino dándote las gracias:

forgive-208824_1280

Gracias por estar vivo

Gracias por llevarme a donde necesito ir

Gracias por permitirme relacionarme con otros

Gracias  por seguir conmigo

Gracias por ser único

Gracias por ser bello

Te prometo que aceptarte no va a significar conformarme con una salud precaria. Aceptarte como eres (pero como eres de verdad) y ganar salud y calidad de vida será mi objetivo.

i-beg-your-pardon-1272737_1920

 

Autor: Ana Aizpún (psicóloga en Método Thinking)